JULIA URRUTIA DE GARCÍA
Educadora, pionera de la lucha feminista y
poeta. Se hizo acreedora a las Palmas Magisteriales, la Orden Francisco Marroquín,
la Orden del Consejo Nacional de Mujeres, la Orden del Quetzal, y la medalla
Julia Urrutia (que lleva su nombre).
Julia Urrutia Castellanos de
García, nació en la Ciudad de Guatemala el 17 de agosto de 1924. Perteneció a
una familia de ocho hermanos, su padre, Manuel Urrutia Hurtarte, tipógrafo de
profesión, pasó años revisando y corrigiendo textos en la Tipografía Nacional;
su madre, Esther Castellanos Cuéllar, mujer de vanguardia y siempre visionaria,
se dedicó muchos años a empoderar a las mujeres y motivarlas a superarse y
estudiar para poder ejercer un liderazgo en sus diferentes entornos. A pesar de
ello, Julia pudo empezar a estudiar la primaria hasta los once años, después de
todo, en la sociedad no parecía urgente inscribir a una niña que tenía,
aparentemente, casi un destino doméstico trazado.
Cuando Julia empezó a estudiar,
se enamoró de la educación, y decidió que quería ser educadora y hacer la
diferencia. Fue así como se formó como maestra de educación primaria, y cuando
le dieron la oportunidad de optar por una plaza como maestra del Estado, eligió
el destino más lejano posible, porque consideró que si había sido difícil para
ella acceder a la educación, aún viviendo en la ciudad, cuánto más lejana
estaría la oportunidad de educarse para las niñas que vivían en zonas retiradas
a la capital. Así que San Luis Petén fue su elección, y llegó llena de sueños y
determinación a trabajar una larga temporada por aquellas niñas, estaba convencida
en que podía hacer algo para cambiarles la vida.
Incluso hoy en día, sus
estudiantes la recuerdan como una maestra comprometida con empoderar a sus estudiantes,
sobre todo a las niñas, formar valores y conciencia para hacerlos no solamente
buenos alumnos, sino seres humanos integrales, capaces de aportar y transformar
con toda su humanidad la sociedad que tanto lo necesita.
Como educadora, se desempeñó
como maestra de primaria y secundaria, subdirectora y directora de varios
establecimientos educativos, entre ellos el Instituto Belén, donde se formó
desde sus primeros años.
Con un pensamiento amplio y avanzado para su época, siempre
luchó por los derechos de las mujeres, y sobre todo por hacerlas autónomas y
dueñas de sus vidas y sus decisiones; como complemento de ello, fue una de las
primeras educadoras sexuales de Guatemala, y obtuvo esa formación gracias a una
beca que obtuvo en Panamá. Al regresar de sus estudios en el país
centroamericano, fortaleció su propuesta educativa empoderando a las mujeres
para decidir sobre la planificación familiar y su propio cuerpo.
Fue partícipe de la lucha por una sociedad más inclusiva y
equitativa desde muy pequeña, tomó parte activa en la revolución de 1944.
Fue cofundadora de la Oficina Nacional de la Mujer (ONAM),
a petición de la Comisión Interamericana de Mujeres.
Una persona admirable que nos muestra que todos podemos esforzarnos por lograr nuestro potencial. Gracias por compartir.
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